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6 poemas para honrar la figura esencial del padre por José Rafael Rivero

El Día del Padre se celebra en España cada 19 de marzo. Es una fecha que coincide con el Día de San José, es decir, va en maridaje con el santoral o calendario católico.

Los poetas han realizado diversos esfuerzos, desde la palabra, para elevar, para prolongar y honrar la figura del padre.

Presento a los lectores 6 poemas dedicados a los padres este 19 de marzo de 2023.

Mi padre el inmigrante

Mi padre, Juan Bautista Gerbasi, cuya vida es el motivo de este poema, nació en una aldea viñatera de Italia, a orillas del Mar Tirreno, y murió en Canoabo, pequeño pueblo escondido en una agreste comarca del Estado Carabobo.

Vicente Gerbasi-Venezuela

(Fragmento)

5 poemas de Vicente Gerbasi - Zenda

Venimos de la noche y hacia la noche vamos.

Atrás queda la tierra envuelta en sus vapores,

donde vive el almendro, el niño y el leopardo.

Atrás quedan los días, con lagos, nieves, renos,

con volcanes adustos, con selvas hechizadas

donde moran las sombras azules del espanto.

Atrás quedan las tumbas al pie de los cipreses,

solos en la tristeza de lejanas estrellas.

Atrás quedan las glorias como antorchas que apagan

ráfagas seculares.

Atrás quedan las puertas quejándose en el viento.

Atrás queda la angustia con espejos celestes.

Atrás el tiempo queda como drama en el hombre:

engendrador de vida, engendrador de muerte.

El tiempo que levanta y desgasta columnas,

y murmura en las olas milenarias del mar.

Atrás queda la luz bañando las montañas,

los parques de los niños y los blancos altares.

Pero también la noche con ciudades dolientes,

la noche cotidiana, la que no es noche aún,

sino descanso breve que tiembla en las luciérnagas

o pasa por las almas con golpes de agonía.

La noche que desciende de nuevo hacia la luz,

despertando las flores en valles taciturnos,

refrescando el regazo del agua en las montañas,

lanzando los caballos hacia azules riberas,

mientras la eternidad, entre luces de oro,

avanza silenciosa por prados siderales.

 

Algo sobre la muerte del Mayor Sabines

(Fragmento)

Jaime Sabines -México

Jaime Sabines: líder en la memoria

Déjame reposar,
aflojar los músculos del corazón
y poner a dormitar el alma
para poder hablar,
para poder recordar estos días,
los más largos del tiempo.
Convalecemos de la angustia apenas
y estamos débiles, asustadizos,
despertando dos o tres veces de nuestro escaso sueño
para verte en la noche y saber que respiras.
Necesitamos despertar para estar más despiertos
en esta pesadilla llena de gentes y de ruidos.
Tú eres el tronco invulnerable y nosotros las ramas,
por eso es que este hachazo nos sacude.
Nunca frente a tu muerte nos paramos
a pensar en la muerte,
ni te hemos visto nunca sino como la fuerza y la alegría.
No lo sabemos bien, pero de pronto llega
un incesante aviso,
una escapada espada de la boca de Dios
que cae y cae y cae lentamente.
y he aquí que temblamos de miedo,
que nos ahoga el llanto contenido,
que nos aprieta la garganta el miedo.
Nos echamos a andar y no paramos
de andar jamás, después de medianoche,
en ese pasillo del sanatorio silencioso
donde hay una enfermera despierta de ángel.
Esperar que murieras era morir despacio,
estar goteando del tubo de la muerte,
morir poco, a pedazos.
No ha habido hora más larga que cuando no dormías,
ni túnel más espeso de horror y de miseria
que el que llenaban tus lamentos,
tu pobre cuerpo herido.

 

A mi padre en su honor

Pablo Neruda-Chile

Biografía - Fundación Pablo Neruda

El padre brusco vuelve

de sus trenes:

reconocimos

en la noche

el pito

de la locomotora

perforando la lluvia

con un aullido errante,

un lamento nocturno,

y luego

la puerta que temblaba:

el viento en una ráfaga

entraba con mi padre

y entre las dos pisadas y presiones

la casa se sacudía,

las puertas asustadas

se golpeaban con seco

disparo de pistolas,

las escalas gemían

y una alta voz

recriminaba, hostil,

mientras la tempestuosa

sombra , la lluvia como catarata

despeñada en los techos

ahogaba poco a poco

el mundo

y no se oía nada más que el viento

peleando con la lluvia.

Sin embargo, era diurno.

Capitán de su tren, del alba fría,

y apenas despuntaba

el vago sol, allí estaba su barba,

sus banderas

verdes y rojas, listos los faroles

el carbón de la máquina en su infierno,

la Estación con los trenes en la bruma

y su deber hacia la geografía.

El ferroviario es marinero en tierra

y en los pequeños puertos sin marina

-pueblos del bosque-el tren corre que corre

desenfrenando la naturaleza,

cumpliendo su navegación terrestre.

Cuando descansa el largo tren

se juntan los amigos,

entran, se abren las puertas de mi infancia,

la mesa se sacude,

al golpe de una mano ferroviaria

chocan los gruesos vasos del hermano

y destella

el fulgor

de los ojos del vino.

Mi pobre padre duro

allí estaba, en el eje de la vida,

la viril amistad, la copa llena.

su vida fue una rápida milicia

y entre su madrugar y sus caminos,

entre llegar para salir corriendo,

un día con más lluvia que otros días

el conductor José del Carmen Reyes

subió al tren de la muerte y hasta ahora

no ha vuelto.

 

Padre mío 

Vicente Aleixandre-España

Poemas para la vida: 'A ti viva', de Vicente Aleixandre - hoyesarte.com

Lejos estás, padre mío, allá en tu reino de las sombras.

Mira a tu hijo, oscuro en esta tiniebla huérfana,

lejos de la benévola luz de tus ojos continuos.

Allí nací, crecí; de aquella luz pura

tomé vida, y aquel fulgor sereno

se embebió en esta forma, que todavía despide,

como un eco apagado, tu luz resplandeciente.

 

Bajo la frente poderosa, mundo entero de vida,

mente completa que un humano alcanzara,

sentí la sombra que protegió mi infancia. Leve, leve,

resbaló así la niñez como alígero pie sobre una hierba noble,

y si besé a los pájaros, si pude posar mis labios

sobre tantas alas fugaces que una aurora empujara,

fue por ti, por tus benévolos ojos que presidieron mi nacimiento

y fueron como brazos que por encima de mi testa cernían

la luz, la luz tranquila, no heridora a mis ojos de niño.

 

Alto, padre, como una montaña que pudiera inclinarse,

que pudiera vencerse sobre mi propia frente descuidada

y besarme tan luminosamente, tan silenciosa y puramente

como la luz que pasa por las crestas radiantes

donde reina el azul de los cielos purísimos.

 

Por tu pecho bajaba una cascada luminosa de bondad, que tocaba

luego mi rostro y bañaba mi cuerpo aún infantil, que emergía

de tu fuerza tranquila como desnudo, reciente,

nacido cada día de ti, porque tú fuiste padre

diario, y cada día yo nací de tu pecho, exhalado

de tu amor, como acaso mensaje de tu seno purísimo.

Porque yo nací entero cada día, entero y tierno siempre,

y débil y gozoso cada día hollé naciendo

la hierba misma intacta: pisé leve, estrené brisas,

henchí también mi seno, y miré el mundo

y lo vi bueno. Bueno tú, padre mío, mundo mío, tú sólo.

 

Hasta la orilla del mar condujiste mi mano.

Benévolo y potente tú como un bosque en la orilla,

yo sentí mis espaldas guardadas contra el viento estrellado.

Pude sumergir mi cuerpo reciente cada aurora en la espuma,

y besar a la mar candorosa en el día,

siempre olvidada, siempre, de su noche de lutos.

 

Padre, tú me besaste con labios de azul sereno.

Limpios de nubes veía yo tus ojos,

aunque a veces un velo de tristeza eclipsaba a mi frente

esa luz que sin duda de los cielos tomabas.

Oh padre altísimo, oh tierno padre gigantesco

que así, en los brazos, desvalido, me hubiste.

 

Huérfano de ti, menudo como entonces, caído sobre una hierba triste,

heme hoy aquí, padre, sobre el mundo en tu ausencia,

mientras pienso en tu forma sagrada, habitadora acaso de un sombra amorosa,

por la que nunca, nunca tu corazón me olvida.

 

Oh padre mío, seguro estoy que en la tiniebla fuerte

tú vives y me amas. Que un vigor poderoso,

un latir, aún revienta en la tierra.

Y que unas ondas de pronto, desde un fondo, sacuden

a la tierra y la ondulan, y a mis pies se estremece.

 

Pero yo soy de carne todavía. Y mi vida

es de carne, padre, padre mío. Y aquí estoy,

solo, sobre la tierra quieta, menudo como entonces, sin verte,

derribado sobre los inmensos brazos que horriblemente te imitan.

 

Octavio Paz

México

Octavio Paz, el intelectual más importante del siglo XX en México |  Architectural Digest

Del vómito a la sed,

atado al potro del alcohol,

mi padre iba y venía entre las llamas.

Por los durmientes y los rieles

de una estación de moscas y de polvo

una tarde juntamos sus pedazos.

Yo nunca pude hablar con él.

Lo encuentro ahora en sueños,

esa borrosa patria de los muertos.

Hablamos siempre de otras cosas.

Mientras la casa se desmoronaba

yo crecía. Fui (soy) yerba, maleza

entre escombros anónimos.

 

Carbón

Gonzalo Rojas-Chile

Gonzalo Rojas – La rosa es todavía – Hablar de poesía

Veo un río veloz brillar como un cuchillo, partir

mi Lebu en dos mitades de fragancia, lo escucho,

lo huelo, lo acaricio, lo recorro en un beso de niño como entonces

cundo el viento y la lluvia me mecían, lo siento

como una arteria más entre mis sienes y mi almohada.

Es él. Está lloviendo.

Es él. Mi padre viene mojado. Es un olor

a caballo mojado. Es Juan Antonio

Rojas sobre un caballo atravesando un río.

No hay novedad. La noche torrencial se derrumba

como mina inundada y un rayo la estremece.

Madre, ya va a llegar: abramos el portón,

dame esa luz, yo quiero recibirlo

antes que mis hermanos. Déjame que le lleve un buen vaso de vino

para que se reponga, y me estreche en un beso,

y me clave las púas de su barba.

Ahí viene el hombre, ahí viene

embarrado, enrabiado contra la desventura, furioso

contra la exploración, muerto de hambre, allí viene

debajo de su poncho de Castilla.

Ah, minero inmortal, ésta es tu casa

de roble, que tú mismo construiste. Adelante:

te he venido a esperar, yo soy el séptimo

de tus hijos. No importa

que hayan pasado tantas estrellas por el cielo de estos años,

que hayamos enterrado a tu mujer en un terrible agosto,

porque tú y ella estáis multiplicados. No

importa que la noche nos haya sido negra

por igual a los dos.

-Pasa, no estés ahí

mirándome, sin verme, debajo de la lluvia.

 

José Rafael Rivero

Twitter: @JoseRRiveroESPN 

España, 19 de marzo de 2023.

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