Por: Edilio Lugo Medina @eldrpsi
Venezuela ha sido referencia de riqueza petrolera, la belleza de sus mujeres, sus bondades geopolíticas, baluartes deportivos en la Gran Carpa, potencialidad en minerales y en las últimas décadas por la «Revolución bonita» o Socialismo del Siglo XXI.
Sea como sea, hemos cumplido con principios que apuntan a ajustar a la realidad, calarse situaciones o adaptarnos a las exigencias que se nos imponen. Económica, Política, Mediáticamente vivimos condiciones muy particulares que dejo para el análisis de los especialistas respectivos. A mí me corresponde estudiar la forma psico-emocional que exhibimos ante tales formas y lo cierto es que una carencia tan grave como la intermitencia eléctrica en nuestro País ha impuesto desarrollar un Arte insospechado. Recuerdo que siendo adolescente me maravillaba poder ver el amanecer conversando con mis amigos de la época sobre temas que considerabamos trascendentales y así fortaleciamos la Amistad y conocimiento interpersonal.
Últimamente en Venezuela, hemos sabido profundizar intensamente el calor de ciertas conversaciones que bajo la negrura de la invisibilidad y el más intenso calor, ha permitido desarrollar la Capacidad de escuchar minuciosamente cada palabra, gemido, respiración y conmoción ligada a la palabra de quién sirve de compañero de tertulias.
Estás «oscuras conversaciones» han develado temáticas y emociones nunca antes planteadas, compartir intimidades y sincerar sueños, expectativas y esperanzas de quienes en un momento, nos creímos simplemente, co-habitantes de eso que llamamos Hogar. No quiero con esto justificar, ni mucho menos, hacer apología de un beneficio social al que tenemos pleno Derecho, solo pretendo señalar la «terrible» consecuencia de poder acercarnos y sensibilizar la más fraternal esencia humana.
A partir de tales condiciones está siendo posible desplegar largas pláticas en la espesura de penumbra, dentro de la oscuridad, surgiendo con ellas también el la espesura de lo que somos como especie, la Comunicación. En conclusión, estamos aprendiendo a transmitir mensajes aún sin contacto visual, sin la atención centrada en el interlocutor e incluso sin la debida proximidad física que esto implica, pero lo más insólito tratando temas antes insospechados, tabú, prohibidos. Tal vez ahora seamos más libres o nos permitamos fluir bajo condiciones adversas, lo que parece definitivo es que emana desde nuestras entrañas terribles temas, desde la nada, como películas de terror, confesiones muy íntimas, se ventilan inquietudes o anhelos, todo esto en medio de la invisibilidad. Son, eventualmente, oscuras revelaciones que flotan en medio de la noche o cualquier madrugada como «textos en sombra», terminó muy psicoanalítico por cierto, son encuentros atípicos que resultan en Conversaciones en medio de la oscuridad que muchas veces apunta a lo que está detrás de la escena: en realidad son reflejo de nuestra propia oscuridad, son: Conversaciones de la oscuridad!
