Por: Edilio Lugo Medina
IG: @eldrpsi
Constantemente me repetí en momentos de reflexión y en acaloradas conversaciones entre académicos, si tendría algún nombre en especial una cruda realidad que me permito compartir con ustedes. A propósito de la compleja situación socio-politica-emocional que vivimos los venezolanos que habitamos aún en nuestro país.
Digo compleja, porque hemos sido motivo de estudios desde diversas instancias de todo orden, ideología y origen y porque todos consideran tener la razón de compañía, consideran poseer y ostentan la verdad como suya, supeditando cualquier observación a la boscosa argumentación de la dialéctica y confrontación de pareceres.
Creo, además, que nuestra situación es compleja también, por la cantidad diversa de factores que sobre ella intervienen, resaltando que especialistas en variadas disciplinas pongan y consideran tal asunto como verdaderamente interesante.
En los últimos años el flujo migratorio de compatriotas al extranjero ha sido masivo, ascendente y conflictivo. Quiero detenerme en su carácter conflictivo porque es lo que ha dejado con mayor gravedad a nivel socio psicológico, al punto tal que la desintegración familiar, los niveles de ansiedad, el incremento de cuadros de depresión severa en la población infanto-juvenil, crisis de pánico, condiciones ansiógenas y pare usted de contar, han caracterizado la psique nacional más allá de lo estrictamente económico o productivo.
Esto hizo que prácticamente cinco millones de ciudadanos connacionales se marcharan de esta Nación, pero no queremos entrar en tela de juicio que quizá no nos corresponda, lo cierto es que este asunto se ha agravado por la pandemia del COVID-19, siendo que ahora la movilización de personas se ha visto represada por restricciones más que conocidas, dificultando su desplazamiento «libremente» hacia las fronteras patrias o extranjeras.
Ahora bien, si a ese flujo de ir y venir hacia dentro y fuera del país se le denomina «exilio» bien sea momentáneo, temporal o indefinido, conforma a quienes han decidido a veces hasta por «moda» o porque da «caché», aunque muchos se molesten, entonces cómo podría denominarse a aquellos que hemos quedado «atrapados» en algunas ciudades sin poder ver familiares cercanos o simplemente teniendo que fungir como «huéspedes impuestos» en locaciones que no son las naturales o propias…
Definitivamente, hemos sido víctimas todos de eso que están llamando «nueva realidad» y en la que nos vemos aislados sin tener libertad de movimiento aún dentro de Venezuela. Me preguntaba cómo podría llamarse ese fenómeno y un catedrático de la Universidad de Manizales, Colombia me dijo: “Edilio, esa vaina rima con tu nombre, eso se llama ‘Insilio’ «, la verdad me impactó mucho, y me pareció tan cierto.
Es que hemos quedado inadvertida e inevitablemente encerrados no sólo en casa, sino dentro de nuestras fronteras existenciales. Este es un «IN» = asunto que está dentro, «SI»= afirmaciones «LIO»= lo que nos liga, conecta o ata, en resumen: «afirmaciones que nos ligan o conectan desde dentro».
Ojalá, todo este proceso por absurdo y desagradable que parezca, nos sirva de inspiración para aprender grandes lecciones y desarrollar lo mejor de nosotros, abrazando sólo experiencias que nos permitan llevar La Vida en Afirmativo. Espero que el «Insilio» sirva como reconsideración de lo que somos como sujetos y mejor aún, como ciudadanos.