Nadie puede negar la importancia de la familia. La familia es esa unidad, consanguínea muchas veces y otras no, que se mantiene unida en las buenas y en las malas.
La familia es eso que ya está constituido cuando se nace, pero va creciendo poco a poco; sumando personas, sentimientos y proyectos. La familia participa, construye, se perdona y se crece en la adversidad.
En familia aprendemos los valores humanos, cívicos y nos hacemos seres humanos. En familia sumamos vivencias y anhelos.
La familia hoy en dia es marcadamente diversa, donde sobresalen las familias monoparentales y nucleares. Ahora sea del tipo que sea, en familia la idea es sumar y no restar; ya que de la extensión de la familia dependerá su poder de acción.
La familia puede ser mucho más que padres y hijos, abuelos, tíos, primos y amigos. La familia es el consuelo, la ayuda y la convivencia que alimenta el alma y el espíritu. Para estar en familia se debe tener una alta noción de equipo y si a eso le sumamos, una dosis de proactividad estamos ante una familia unida como un bloque que hacen frente al infortunio si se les presenta.
Siendo entonces la familia un equipo tiene un capitán que ostenta el poder basado en la autoridad y el liderazgo. Así como equipo encontramos actores diversos que tiene roles definidos y actúan por el bien común del conjunto.
Hoy la familia Venezolana vive el más duro de los retos de su historia. Separaciones geográficas, circunstancias migratorias, crisis económicas entre otras realidades, son algunas de las vivencias que forman parte del pan de cada día de la familia venezolana.
Ahora como salir de la crisis o mejor cómo hacerle frente, la respuesta será siempre la misma, en familia.
No quiero terminar el artículo sin recomendar el trabajar los vínculos familiares. En eso la tecnología nos puede ayudar, más el mal uso de las redes sociales puede contaminar la familia.